miércoles, 11 de enero de 2017
Star Wars
Se estrenaron cuando tenia yo 3 años, las fui viendo sucesivamente en el cine, la ultima de todas, el dia del estreno, el 15 de diciembre. En el momento de los tres primeros episodios (el IV, V y VI respectivamente, lo que vuelve locos a los que no son tan fans como uno) la historia y los personajes se infiltraron en mi vida como muchas otras cosas que me fueron formando. Cuando salio Episodio I en las postrimerias del siglo XX, lleve a mi hija mayor a verla sin que le fuera demasiado emocionante aunque a mi me refulgio en todos los colores del arcoiris volver a ver el universo de la galaxia muy muy lejana. Luego Episodio II y III me agarraron el primero con mi hijo chiquito el primero y a punto de tomar el avion el segundo. Diez años despues rejuvenezco y es mas, regreso a los dias de una infancia con juguetes y emociones de coleccionista. En la euforia de un nuevo Episodio, ahora el VII y poco despues, el primer spin off de la serie, los viejos personajes volvieron a cautivarme: los soldados anonimos, clones primero y stormtroopers despues, la atormentada y siniestra figura de Darth Vader y su nieto rasgado por el deseo hacia el Lado Luminoso de la Fuerza, Kylo Ren. Me he hecho de una coleccion de todas estas figuras y por enesima vez he repasado las peliculas de esta saga que ahora, me toca ver con mis dos hijos. No por reiteradamente tratado en la literatura, el cine y demas, el tema de la busqueda y encuentro del Tiempo Perdido deja de ser curioso. En esta era de la informacion abultada y exhumacion de los clasicos en medios y en objetos es posible recuperar ese tiempo perdido como nunca. Ok, mercantilismo pero tambien arqueologia emocional. No por cursi deja de conmover la reflexion de que el niño puede seguir estando ahi y que requiere alimentarse de cosas simples como juguetes, el parque o la pelota.
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