Pues estabamos contando gente en aquellos dias de 1990.
Mas o menos durante una semana anduvo nuestra jefe de brigada repartiendonos por la zona que nos habia tocado y recogiendonos al final de la tarde para darnos de comer alguna cosa -ahora no recuerdo si una torta de cochinita o una cajita feliz...
La cosa es que coincidia en que nuestra jefe inaguraba su piso o depa o lo que sea y organizaba una fiesta a la que nos invito pero a la que solo fuimos Abel, Rendon y yo.
Alguno de nosotros habia oido acerca de los muppets, una bebida que se estaba haciendo popular en Cancun y que servia para embriagar gringas y ponerlas tontas (sic). Segun nosotros el muppet se prepara con una medida de tequila (caballito o chupito) y un chorro de cerveza, se le da un golpe para que gasifique y al gaznate... Bueno, resulto despues que en vez de cerveza se usa sprite, pero da igual, para esta fiesta lo hicimos como nos dio la gana -faltaria mas...
Mas o menos al inicio de la fiesta, Abel, que es completamente abstemio, me preparo un par de los muppets de los demonios y conforme fueron llegando los invitados e invitadas, que resultaron ser de la universidad mas pija -fresa- de aquella ciudad de calores infernales, siguio preparandome mas y mas muppets y llevandome la cuenta de cuantos iba yo ingiriendo...
A todo esto, la sensacion que causa echarse al coleto un muppet es algo asi como tomar champaña -por las burbujitas que te hacen cosquillitas en la lengüita, la garganta y la pancita- pero de 40 grados.
Y si bien no le hicimos como en Cancun donde despues del muppet se le sacude la cabeza a la gringa, al llegar al 13avo muppet ya estaba yo peor que muñeca de trapo o digamos, en estado de pez deshuesado. Claro esta que las pijas estaban algo escandalizadas, abel y rendon bastante divertidos, la jefa apenada ante sus invitadas y yo, en un sofa, mirando atraves de una bruma espesa como la que cubria la plana del Po entre Bologna y Verona los ultimos dias de este año pero mucho mas caliente, buscaba afanoso en mi bolsillo las llaves de La Carroza Satanica para darselas a mi barman de cabecera -porque los abstemios son los mejores barmans??
Omitire mencionar los detalles de como aborde la Carroza Satanica, como me llevaron a casa y me bajaron del auto y como sigilosamente -ya se sabe del sigilo de un beodo, no rompe la pared porque es de concreto- intente sin exito llegar a mi cuarto sin ser notado, como al contacto con mi macerado cuerpecito la cama empezo a girar vertiginosamente y como el Amanecer llego dulce como caramelo cocido, al son de las Calderas de Pedro Botero...
Lo que si dire es que despues de unos chilaquiles bien picosos y una ducha -ja, no helada, no señor !!- llegue a la escuela y el primer comentario que me hicieron fue: Pero que te pasooooo!!!
La cruda me duro dos dias y el asco por el tequila al menos un par de años -ya estoy curado, por fortuna- pero esa fue una parranda verdaderamente memorable....
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