domingo, 20 de enero de 2008

Sirena

Pasada la medianoche y habiendo atravesado las púas de la Tierra, pesqué una sirena del mar azeotrópico.
Cantó para mí cantos risueños, cargó conmigo hasta la hora del desayuno y antes de clarear se evaporó como un milagro,
dejando nada más la impronta de la noche y el ansia del Océano helado en el que me ahogué justo al romper el Alba

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