domingo, 23 de agosto de 2009
neurosis
La desventura de saber lo que se quiere y no saber si se lograra, ni que pasara despues: hacer un solitario con las cartas al reves. Estar condenado a la estasis creativa. Tascar el freno en los millares de aspectos insignificantes y ridiculos de la vida y mientras tanto, tener que ir acarreando grano por grano, comas, puntos y arrobas. Un hiperrevolucionar el motor hasta que empieza a sonar sospechosamente y a perder aceite por las juntas, sin que se avance mas que en incrementos diferenciales. Cosas tan simples como comprar un plato se convierten en horas y horas de divagaciones, elipsis y recorridos por las tundras de la legislacion, los libros sagrados, los cerros de Ubeda y el calendario. Un solo camino que lleva a la bifurcacion necesaria, al nudo del cual parten multiples ramales. Todo enmedio de un calor que ya quisiera Pedro Botero para hacer hervir sus calderas y un vacio forzado de imagenes y emociones.
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