De aquel lado hay demasiada zozobra pero tambien flores que crecen rutilantes, confortables estancias para beber acunados por el calor humano y proyectos titanicos donde el Hombre puede forjarse a si mismo. La inmensidad del Valle me asombra y me embriaga cuando lo recorro pero tambien me abruman los multiples escollos de tiempos, de distancias, de acechanzas. Las costas doradas erizadas de chimeneas me atraen en su combinacion mefistofelica entre poder y serenidad, entre agua, arena y acero pero la aridez del intelecto, lo agreste y lo tristemente secuestrada que esta la vida me acongojan. Yo soy pequeño y modesto. Mi casa tambien es pequeña y comoda, construyo poco a poco con las piedras pequeñas que hacen las cosas solidas y el tumulto de las calles es el justo para sentirme a gusto. Puedo dejar que salgan las palabras, aprender palabras nuevas y mirar cosas viejas, andar por las aceras, hacer nada, hacer todo. Me falta solamente un ancora definitiva y un puente que conecte las dos costas para hacer transitar mis afectos entre ambos lados del Océano.
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