miércoles, 9 de febrero de 2011

To wish imposible things

Margarita, está linda la mar
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día,
un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita
tan bonita, Margarita,
tan bonita como tú.
Una tarde la princesa,
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Pues se fue la niña bella
bajo el cielo y sobre el mar a buscar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé.
¿Y qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?"
La princesa no mentía
y así dijo la verdad:
"Fui a buscar la estrella mía
a la azul inmensidad."
Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar."
Y ella dice: "No hubo intento;
yo me fui, no sé por qué,
por las olas y en el viento,
fui a la estrella y la corté."
Y el papá dice enojado: "Un castigo has de tener;
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver."
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando de pronto aparece
sonriente el buen Jesús.
Y así dice: "En mis campiñas,
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en Mí."
Viste el rey ropas brillantes
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene prendedor
en que lucen con la estrella
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar
guarda, niña, un gentil
pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

(A Margarita Debayle, Rubén Darío)

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