Faltan 8 horas y media. Un salto en el tiempo, un retorno. Como todas las miradas hacia atras esta me asusta por lo inevitable pero sobretodo por la incertidumbre de lo que me voy a encontrar. Dejo mi casa arreglada y mis asuntos en orden. He recibido muestras de amistad enternecedoras. Ya me voy.
Estas cosas se deben afrontar a pecho descubierto, yendo a saco a recibir lo que venga, poniendo el cuerpo duro para la hora del trancazo. Queda una vida de 52 meses aparcada a la espera de recibir aire nuevo para continuar siendo. No es cosa de primeros segundos o terceros mundos sino de hallar el hogar en la vastedad de los azares. Es solamente tener un sitio en el cual echar amarras. Un atracadero construido a base de rompimientos, resurgimientos, buceo de profundidad sin tanques y un poquito de suerte. La cueva donde meterse a reparar los desperfectos y restañar las puñaladas, curar los arañazos, deshinchar los chichones e incluso aguantar los desaires. Una cama a la que llegar despues de sudar por las calles o en la cual permanecer sin ganas de nada mas.Casal, Cau, Caliu. Hasta pronto y gracias.
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