viernes, 6 de marzo de 2009

Cloister

Ya casi no queda ningún Refugio en este Mundo. Nos alcanza el móvil, el GPS, la internet y en el peor de los casos, el correo postal. Donde ir para encontrar a Dios? Donde esconder el rostro para huir de los Hombres (y de las Mujeres, cabe decir)? Donde quedará un Lugar para leer, estudiar, escribir, criar lechugas y zanahorias en un huerto encerrado entre viejas murallas, aislado del murmullo de tranvías, autobuses y websites. Quedarse ahí hasta que el Mundo cambie. O hasta que la carne se desplome, el espíritu se aplaque y se haya finalmente Renunciado.

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