El techo es blanco. Pero no es perfecto, tiene surcos, pegotes, amontonamientos de mas blanco en zonas de sombra. La impericia de los artesanos o la imperfeccion inherente a las cosas que hacemos. Nada nos queda bien: bonito y bueno puede ser, perfecto nunca. Afuera cae el Sol. Un Crepusculo diria el poeta, de fuego y artificios, pero en realidad un declive de la luz en un tempo poco propicio para la reflexion, mas presto que piano, de repente se oscurece todo y viene acompañanado por rachas frascas y sobretodo por insectos del tipo voraz que no alegran en nada el hecho de dedicarle a Xolotl las plegarias para que acompañe al Señor del Sol estas horas que seguramente no seran inquietantes como lo fueron antaño, sino mas bien aburridas. Nadie esta cerca. Leer es un placer meramente alternativo porque tampoco hay mucho mas quehacer, flacos los dias de Cuaresma, ayuno de cualquier otra perspectiva se cae el Sol, se viene una Luna no demasiado interesante. La pared esta pintada es verdad, y esto responde mas al capricho del ocupante que a la decision del constructor.De todos modos ha perdido el sentido de su color, ahora lo sigue siendo por desidia y por una indeterminacion que no tiene que ver con Heisenberg ni con el no poder conocer velocidades y posiciones simultaneamente. Ante tal avalancha de obviedades el sueño sera pesado, cargado de posibilidades abortadas y de viajes al mundo ideal.
Un domingo cualquiera.
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