viernes, 8 de mayo de 2009
buenas noches, bcn
Como es primavera son las nueve y el sol aun no cae: lanza desde el san pedro unos rayos que me llenan los ojos de lucecitas al reflejarse en la impoluta blancura de las racholas del laboratorio. Aun me quedan tres horas por delante. En ellas acabare el experimento, desmontare el aparato, enjuagare el material y le pondre la lista de pendientes para mañana a la becaria. El correo de ultramar empieza a decir hola. Segun el dia el telefono sirve para mantener encendidos los afectos. Segun la noche se enturbia el alma y no hay correo que alegre, contacto que apetezca. Ya pasan de las diez, ahora si esta oscuro. Tengo casi una hora para que no me cierren las tiendas, de esta hora empleo media para decir adios a algun contacto, apagar con desgana el ordenador y echarme de nuevo encima el abrigo de primavera... En la calle como cuando llegue hace doce horas, no hay nadie, algun deportista corre por la diagonal, el metro y el tramvia estan al cerrar y me decanto por andar cuesta abajo hacia la casa, entre las mariposas, libelulas o como se les llame a est@s traficantes de la soledad viril. Si no es jueves o viernes, los bares aun abiertos en mi camino estaran semivacios y los unicos transeuntes seran quienes llegan de trabajos situados lejos lejos, y ya en el bus nocturno. Las señoras latinoamericanas, los jovenes de asia central, algun extranjero mal encaminado iran dejando las calles anejas al mercado llenarse de ecos y en tres horas mas, de colillas, latas y vomitonas. Habiendo calculado bien alcanzo la tienda mas cercana a casa y compro pan y cerveza. El primero se pondra duro porque se me habra olvidado comprar que cosa meter dentro de el y me habre decantado por cocinar alguna cosa con las patatas, salchichas, ajos y pimientos que tengo en la nevera. Las segundas se habran ido en el tramite de preparar la cena, de modo que para cuando la cena este lista habran pasado las once y mi opcion mas comoda sera ir a los kebabs por mas cervezas. Ahi el precio por lata respecto al super se habra triplicado, respecto a la tiendita pakistani, duplicado y respecto al bar que abre hasta las dos, costara una tercera parte. Ya proveido subo las ahora inmoviles escaleras automaticas y me pregunto si mañana todo sera igual, sabiendo de antemano la respuesta. Me acuerdo que mañana no tengo nada de comer para llevar a la universidad y saco carne, pasta, sartenes y cebollas. La preparacion de la comida me consume mis reservas y en una carrerita bajo al bar de hilario y le encargo tres de las mismas. Me siento a la pantalla a ver si alguien esta conectado para decirle hola y adios o para entablar un debate o para hacer poemas desenfrenados que se tragara el ciberlimbo. Me tengo que despedir cuando las manos ya no me responden, cuando a mi lado los cadaveres se amontonan como en las cavernas de PolPot los craneos camboyanos y el teclado insiste en juguetear bajo mis manos. Aun tendre conciencia quiza para la ultima pis y sacarme la ropa del dia y subirme con cierta dificultad a la cama. Ya sera la hora mas oscura de la noche y para la hora fria me atacara la sed brutalmente y si me acorde de comprar un zumo me tomare medio litro, de lo contrario, el medio litro sera de agua y la proxima pis a las ocho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Apura, que la entropia aumenta