A veces lo inesperado ocurre
los angeles bajan a la Tierra y picaros,
nos sonrien y leves revolotean alrededor nuestro
nosotros ocupados en nuestras mundanas actividades
solemos tomarlos por mosquitos
o a lo sumo por mariposas,
pero si nos fijamos bien y entornamos la mirada
podremos distinguir la suya color verde bario
color de piedra dura
de cobre viejo,
de oliva nueva
podemos, si somos suficientemente pacientes y sagaces,
dirigirles la palabra por un instante antes que ellos se evaporen
y nos dejen con ese animo exultante
que da siempre contemplar una vision
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