miércoles, 1 de octubre de 2008

Otoño, tres años despues

Aqui el frio se viene acercando paso a paso, tenemos ya nochecitas donde hay que echarse encima una sabana delgadita y amaneceres -varios he visto yo andando por la calle- donde el rocio cae helado sobre las espaldas y empaña las gafas. Dejo de llover y el Sol va paseandose cada dia menos horas por los campos del cielo azul como tus ojos, dando una luz suave, que pinta amable los arboles, las casas, la montaña. Por las tardes la luz es dorada y al ir anocheciendo lentamente se va despegando de las cosas acariciandolas antes de dejarlas dormir. Aun es Otoño y el alma vaga melancolica.Para mi el Otoño es un milagro al que no habia tenido antes acceso, en una tierra donde las estaciones se miden por la lluvia o la sequia, por un calor perenne o por huracanes del Este y vendavales del Norte. Aqui en la tierra del Rojo y el Amarillo el Sol se vuelve un señor cansado y triste. Alla, en la tierra del verde y el dorado el Sol es poderoso todo el año, lanza sus saetas incandescentes haciendo que el hombre ande siempre cabizbajo. Aqui lentamente desaparece la piel expuesta, llegan los embozos, los pies sonrosados se meten en altas botas, las doradas, pelirrojas y castañas cabelleras se cubren de pashminas, gorros y mascadas. Un rayo se vuelve un pequeño milagro, una nubecilla una tragedia y la calle se sigue llenando de gente. Bajo el Sol de Occidente en cambio no se sale, se empieza en las horas tempranas, se para cuando la lampara arde en el cenit, la tarde es canto y trinos, y la noche se llena de fragancias...

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