domingo, 13 de septiembre de 2009
Presentimiento del Otoño
Demudada quedó la tarde
con el airecillo que se cuela desde el norte
un desusado sentimiento de paz inunda las avenidas
las frondas perennes del palacio
y toca con dedos cariñosos pero frios los hombros aun desnudos
Súbitamente enternezco con la debilidad del sol poniente:
agotadas las fuerzas
mas que ponerse se recuesta en la falda de los montes
dejándose caer con la lentitud del que agoniza...
mientras tanto
le confortan las gasas grises de la bruma occidental
y aquel airecillo con olor a bosque
le da bálsamo y consuelo
para poderse ir a dormir como al que le falta compañía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Apura, que la entropia aumenta