Adios 2011. Ah que friegas me paraste. Para lo bueno y lo malo. Para lo dulce y lo amargo. Me dejaste apaleado, henchido de felicidades, hundido en melancolias, elevado al mayor orgullo: el de propagar mi nombre. Adios. Es feo decirlo pero ya me cansaste. Demosle chance al año que viene a que siga construyendome.
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