Con motivo del post anterior me acorde de una cosa que me paso con un gato.
Un dia llegue a cuidar a una persona que tenia pulmonia y ademas un gato gordo llamado Fidel. Cuando llegue no me hizo demasiado caso, cosa que agradeci, porque de hecho no me gustan ni los perros ni los gatos. Mientras la persona a la que fui a ver estaba acostada en el sofa viendo tele, ardiendo en calentura, le fui cocinando un guisado oriental y arroz. El gato paso un par de veces por la cocina para averiguar que onda y hubo que echarlo para que no se subiera a la estufa, cosa que la dueña dijo que no hacia nunca jamas. Despues de comer ella se acosto de nuevo y me quede sentado en el sofa viendo tele, acariciandole la frente con un paño frio porque la fiebre no cedia. El gato se acurruco entre mi brazo y su brazo y estuvo ahi hasta que me fui, dejandola ya con la temperatura normal y mucho sueño.
El gato agradecio lo que estuve haciendo por esta persona. A ella no la vi nunca mas.
A veces puede uno pasarse una noche en vela y una jornada entera en ascuas preocupado por otra persona. Casi nunca hay gato que se acurruce junto a uno para dar gracias. Al cabo, a mi ni me gustan.
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