sábado, 31 de diciembre de 2011

Adios

Adios 2011. Ah que friegas me paraste. Para lo bueno y lo malo. Para lo dulce y lo amargo. Me dejaste apaleado, henchido de felicidades, hundido en melancolias, elevado al mayor orgullo: el de propagar mi nombre. Adios. Es feo decirlo pero ya me cansaste. Demosle chance al año que viene a que siga construyendome.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Golfo, Canape y Saliva

Habia un perro llamado Golfo que a mi francamente no me gustaba. No me gustan los perros. Como le hacia ilusion a quienes vivian conmigo me hice la idea de llevarlo a vacunar, registrarlo, ponerle el chip, comprarle la casita, el sueter, sacarlo a pasear para que jugara con los que vivian conmigo. Ellos se fueron un diciembre de hacer ya seis años. Golfo fue regalado porque declare rotundamente que me negaba a cuidarlo.
Me dio muchisima tristeza que se fuera el estupido perro.
Tanta como cuando me informaron de la muerte de otro perro que tuvo la gente con la que vivi antes, Canape. Un caniche enano que vivia en una caja de plastico, un juguete con vida que asi se fue.
Como Saliva que se fue con otra familia habiendo estado un dia a punto de morir ahorcado y lleno de pustulas por el abandono.
Estoy concluyendo que empatizo con los perros que sufren tanto, que no quiero jamas tener uno.
Parece que asi habemos algunos, aunque no lleguemos a morirnos del abandono

Mas de perros

Otra cosa que me paso con perros fue la amistad con Wilhemina. El dia que la conoci su dueña me habia ido a recoger al aeropuerto y ademas habia salido a no se que, con la cuestion que la perra que era recien adoptada, se quedo sola mucho mas tiempo que nunca. La cosa es que la perra se sintio que la abandoban de nuevo (por eso fue dada en adopcion) y cuando llegamos a la casa, se lanzo hecha una furia negra sobre mi. Mi hermana y su novio tuvieron que sujetarla para que yo pudiera entrar a la casa sin ser devorado. A la mañana siguiente, me pase poniendo la mano bajo la puerta para que la perra me olisqueara. Nos hicimos cuates -a mi no me gustan los perros- y cada dia salia un ratito -la verdad no me gustan los perros- a echarle la pelota y hacerla corretear por el patio.
Otro dia de esos yo estaba tristisimo con alguna de las tristezas que suelo tener y que habia yo pensado que no me volverian a dar nunca mas porque crei que ya no me quedaria solo. La perra llego junto al sofa y me estuvo lamiendo la mano con las orejas gachas hasta que se me saltaron las lagrimas. Tuve que decirle que parara y levantarme a dar la vuelta por el patio.

Gatos

Con motivo del post anterior me acorde de una cosa que me paso con un gato.
Un dia llegue a cuidar a una persona que tenia pulmonia y ademas un gato gordo llamado Fidel. Cuando llegue no me hizo demasiado caso, cosa que agradeci, porque de hecho no me gustan ni los perros ni los gatos. Mientras la persona a la que fui a ver estaba acostada en el sofa viendo tele, ardiendo en calentura, le fui cocinando un guisado oriental y arroz. El gato paso un par de veces por la cocina para averiguar que onda y hubo que echarlo para que no se subiera a la estufa, cosa que la dueña dijo que no hacia nunca jamas. Despues de comer ella se acosto de nuevo y me quede sentado en el sofa viendo tele, acariciandole la frente con un paño frio porque la fiebre no cedia. El gato se acurruco entre mi brazo y su brazo y estuvo ahi hasta que me fui, dejandola ya con la temperatura normal y mucho sueño.
El gato agradecio lo que estuve haciendo por esta persona. A ella no la vi nunca mas.
A veces puede uno pasarse una noche en vela y una jornada entera en ascuas preocupado por otra persona. Casi nunca hay gato que se acurruce junto a uno para dar gracias. Al cabo, a mi ni me gustan.

Perros

Hoy entendi atraves de los perros algo mas sobre la naturaleza humana.
Los cuatro perros de casa de mi padre Max, Lola, Wilhemina y William ladran como desesperados con gañidos alternados cuando se les ha dejado solos durante un rato largo. Reclamando abandono. Las ultimas tres tardes cuando me han recibido con tal escandalo les echo un hielo a cada uno que reciben alborozados y les digo "hola perros" "hola Max, Lola, Wilhemina, William". Hoy me oyeron llegar y ya no me ladraron. Esperaron su hielo y su saludo y despues cada uno se fue a atender sus asuntos. Todos contentos. Incluso me hacen caso cuando les pido que dejen de ladrar.
Es tan dificil echarle un hielito a la gente y decirle "hola" cada dia? Muchos tendriamos una mejor jornada solo con eso, aunque estuvieramos sufriendo el mas despiadado abandono.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Y han pasado ya mas horas

Y mas horas y mas horas. Se acaba la noche. En el Oriente un tenue resplandor anuncia el Dia. Toda la noche he bullido, me he recocido en este caldo espeso que alternativamente se ha revuelto con  desespero, desencanto, tristeza y vacio solitario. Llame en mi auxilio a las palabras de quienes evocan mejor que yo mis propios estados de animo, que ya para estas horas se convierten en desanimo. Me consuelo en la eterna repeticion de la obra, en que todo esta dicho, en que todas las aguas han recorrido todos los cauces y se que la mia es una historia mas que hara rodar algunos guijarros y punto.
Pero las palabras no son capaces de hacer dormir, salvo las nanas que ya nadie canta.
Intentare secuestrar los ultimos minutos de la noche para mi aunque sea a solas.

De nuevo, tomandole palabras al Maestro

Me doy cuenta de que me faltas...

Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.


Jaime Sabines

En resumen

El llanto fracasado

Roto, casi ciego, rabioso, aniquilado,
hueco como un tambor al que golpea la vida,
sin nadie pero solo,
respondiendo las mismas palabras para las mismas
cosas siempre,
muriendo absurdamente, llorando como niña, asqueado.
He aquí éste que queda, el que me queda todavía.
Háblenle de esperanza,
díganle lo que saben ustedes, lo que ignoran,
una palabra de alegría, otra de amor, que sueñe.

Todos los animales sobre la tierra duermen.
Sólo el hombre no duerme.
¿Han visto ustedes un gesto de ternura en el rostro de
un loco dormido?
¿Han visto un perro soñando con gaviotas?
¿Qué han visto?

Nadie sino el hombre pudo inventar el suicidio.
Las piedras mueren de muerte natural.
El agua no muere.
Sólo el hombre pudo inventar para el día la noche,
el hambre para el pan,
las rosas para la poesía.

Mortalmente triste sólo he visto a un gato, un día,
agonizando.
Yo no tengo la culpa de mis manos: es ella.
Pero no fue escrito:
Te faltará una mujer para cada día de amor.

Andarás, te dijeron, de un sitio a otro de la muerte
buscándote.
La vida no es fácil.
Es más fácil llorar, arrepentirse.

En Dios descansa el hombre.
Pero mi corazón no descansa,
no descansa mi muerte,
el día y la noche no descansan.

Diariamente se levantan los montes, el cielo se ilumina
el mar sube hacia el mar
los árboles llegan hasta los pájaros.
Sólo yo no me alumbro, no me levanto.

Háblenle de tragedias a un pescado.
A mí no me hagan caso.
Yo me río de ustedes que piensan que soy triste
como si la soledad o mi zapato
me apretaran el alma.

La yugular es la vena de la mujer.
Allí recibe al hombre.
Las mujeres se abren bajo el peso del hombre
como el mar bajo un muerto,
lo sepultan, lo envuelven,
lo incrustan en ovarios interminables,
lo hacen hijos e hijos…
Ellas quedan de pie,
paren de pie, esperando.

No me digan ustedes en dónde están mis ojos,
pregunten hacia dónde va mi corazón.

Les dejaré una cosa el día último,
la cosa más inútil y más amada de mí mismo,
la que soy yo y se mueve, inmóvil para entonces,
rota definitivamente.
Pero les dejaré también una palabra,
la que no he dicho aquí, inútil, amada.

Ahora vuelve el sol a dejarnos.
La tarde se cansa, descansa sobre el suelo, envejece.
Trenes distantes, voces, hasta campanas suenan.
Nada ha pasado


Jaime Sabines

Otro hilo sobre Lo Imperdonable

El le había puesto un cable informándole de su llegada. ¿Estaría esperándole? ¿Qué pasaría o dejaría de pasar entre ellos? ¿Al dejarla, al no volver, al perder el contacto durante un tiempo, habría hecho él Lo Imperdonable? ¿Estaría —pensó, sobrecogido por la idea de que no se le hubiera ocurrido hasta entonces— casada? ¿Enamorada? ¿En relaciones con otro? Y él mismo, ¿qué quería en realidad?
Lo sabré cuando la vea, pensó. El futuro, a pesar de que no era más que un tenue resplandor envuelto en un interrogante, no se dejaba eclipsar por el pasado; incluso cuando la muerte avanzaba hacia el centro del escenario, la vida seguía exigiendo iguales derechos.
El vuelo terminó sin incidentes.
Zeenat Vakil no le esperaba en el aeropuerto.
(Salman Rushdie, Los Versos Satanicos)

Para volver a nacer, antes tienes que morir

Saladin estaba muerto y ella estaba viva. Bebió por eso. Había muchas cosas que yo quería decirte, Saladin. Cosas importantes: ... El amor que muere. Un tema que nos va, ¿eh, Saladin? ¿Qué dices tú?
Y otra cosa: te dejo. Se acabó. Hemos terminado.
Yo no podía decirte nada, ni lo más mínimo. Si te decía que estabas engordando, te pasabas una hora gritándome, como si eso pudiera cambiar lo que veías en el espejo, lo que te decía la tirantez del pantalón. Me interrumpías en público. La gente se daba cuenta de lo que pensabas de mí. Yo te perdonaba, ése fue mi error; yo podía ver el centro de tu ser esa cosa tan terrible que tenías que proteger con todo tu aplomo y afectación. Ese espacio vacío.
Adiós, Saladin.
Tendida en la cama, deslizándose hacia el sueño, Pamela pensó en las últimas cosas que
necesitaba decir a su difunto marido. «...Llegué a pensar que lo que tú deseabas no era una esposa sino una criada. Ya lo sabes. Ahora descansa en paz.»
Soñó con él, su cara llenaba todo el sueño. «Las cosas se acaban —le decía—. Esta civilización; los desastres se acercan. Ha sido toda una cultura, brillante e inmunda, caníbal y cristiana, la gloria del mundo. Deberíamos celebrarla mientras podamos; hasta que llegue la noche.»
Ella no estaba de acuerdo, ni siquiera en el sueño, pero soñando comprendió que no serviría de nada decírselo ahora.

(y a la vuelta inesperada de Saladin, que no estaba muerto sino que habia caido del cielo y convertido en macho cabrío)

«Supongo que lo que hice es imperdonable, ¿euh?», dijo ella como si hablara con el vaso, sentada a la vieja mesa de pino de la espaciosa cocina.
Aquel euh? americanizante era nuevo. ¿Otro de los muchos atentados contra su casta? ¿O se le había contagiado de Jumpy o de cualquier hippy amigo suyo, como una enfermedad? (Otra vez
aquel ensañamiento: basta ya. Ahora que había dejado de quererla, quedaba fuera de lugar.) «No
creo poder decir que soy capaz de perdonar —respondió él—. Al parecer, es una reacción que no
depende de mi voluntad; es algo que se da o no se da, y yo no me entero hasta que ocurre. Digamos,
por el momento, que el jurado está deliberando.»

Salman Rushdie. Los Versos Satanicos.

Navegaciones al Amanecer

Ya canta el gallo. He pasado por la hora mas oscura de la noche y aun no me reclama el sueño. El animo desvelado me pone en la ruta de diversos jalones conceptuales, de distintos hitos que despuntan de la psique trasnochada. No hay donde hundir los hombros ni hacia donde tender los brazos. Cae a plomo la fatalidad que no se narra sin manchar de sal la cara. Abriendo las compuertas de la mente dejamos que corran los dedos sobre el teclado y entresaquen estos parrafos:

Cita a Sartre:
Los objetos son, necesariamente, conforman una existencia-en-sí, su presencia en el mundo es autónoma, si se quiere, incluso pese a ellos. En los seres con consciencia el problema de la existencia es doble: existen, porque están, pero para llegar a ser necesitan justificar dicha existencia, necesitan anclar su eje existencial. De no ser así, el existente no es, en el sentido de que algo le falta para ser. Se existe sin ser. Esa falta, ese vacío, es ausencia, incomodidad. Es la náusea.

Etimologias Latinas
La palabra vacaciones deriva del latín vacans, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado, vacante. Vacuus: vacío, desocupado, libre. Vacui dies: días de descanso Vacatio (-ionis): dispensa, exención. Source: Wikipedia

Retrato del Diablo. Source: http://umbilicus.blogspot.com/2007/03/retrato-del-diablo.html
"Lo que notamos, sin duda, es que Satán puede adoptar múltiples formas, según su conveniencia. De aquí deducimos algo muy sencillo: el Diablo (o Satán, Belcebú, Lucifer o como deseemos llamarlo) no tiene forma, no tiene existencia fuera de nosotros mismos, porque es una proyección (mental, si se quiere) de nuestros temores. La forma se la damos nosotros, de acuerdo a nuestras convicciones. Sabemos que el Diablo es un ser corrupto que intenta ganar almas, tentándolas. Y no hay forma más fácil de tentar a un sujeto que adoptar una forma específica e individual que golpee sus sentidos y sentimientos, una forma que ataque las debilidades propias de cada individuo. Ergo, el concepto de Diablo es uno solo, pero hay un Diablo para cada uno de nosotros"

Ya me voy mejor. A ver si al menos entierro la pena negra en la blanca almohada.

C'est dommage

De nuevo pensé que ya había encontrado destinataria para esta Carta de Jaime Sabines, pero ahi va de todos modos:


Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste
-untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme-
apareces distante, intocable, junto a mí.
Me miras como a un niño y se me olvida todo

y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente.
He pensado en la duración de Dios,
en la manteca y el azufre de la locura,
en todo lo que he podido mirar en mis breves días.
Tú eres como la leche del mundo.
Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo.
¿Qué puedo darte sino el cielo?
Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres
-medalla, ojos de Dios, globo de plata,
moneda de miel, mujer, gota de aire-
pero la luna está en el cielo y sólo es luna,
inagotable, milagrosa como tú.
Yo quiero llorar a veces furiosamente
porque no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo.

Con la alegría que da hacer un poema,
o con la ternura que en las manos de los abuelos tiembla,
te aproximas a mí y me construyes
en la balanza de tus ojos,
en la fórmula mágica de tus manos.
Un médico me ha dicho que tengo el corazón de gota
-alargado como una gota- y yo lo creo
porque me siento como una gruta
en que perpetuamente cae, se regenera y cae
perpetuamente.

Bendita entre todas las mujeres
tú, que no estorbas,
tú que estás a la mano como el bastón del ciego,
como el carro del paralítico.

Virgen aún para el que te posee,
desconocida siempre para el que te sabe,
¿qué puedo darte sino el infierno?
Desde el oleaje de tu pecho
En que naufraga lentamente mi rostro,
te miro a ti, hacia abajo, hasta la punta de tus pies
en que principia el mundo.
Piel de mujer te has puesto,
Suavidad de mujer y húmedos órganos
en que penetro dulcemente, estatua derretida,
manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy
y el caos que soy te preserva.
Mi muerte flota sobre ambos
y tú me extraes de ella como el agua de un pozo,
agua para la sed de Dios que soy entonces,
agua para el incendio de Dios que alimento.

Cuando la hora vacía sobreviene
sabes pasar tus dedos como un ungüento,
posarlos en los ojos emplumados,
reír con la yema de tus dedos.
¿Qué puedo darte yo sino la tierra?
Sembrado en el estiércol de los días
miro crecer mi amor, como los árboles
a que nadie ha trepado y cuya sombra
seca la hierba, y da fiebre al hombre.

Imperfecta, mortal, hija de hombres,
verdadera,
te ursupo, ya lo sé diariamente,
y tu piedad me usa a todas horas
y me quieres a mí, y yo soy entonces,
como un hijo nuestro largamente deseado.

Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que vuelvas a mí sin haberte ido.

En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo,
donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños,
te deseo, te sueño.
¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!
 

(Te invito a comer uvas esta tarde
o a tomar café, si llueve
,
y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)


Tant pis...

Algunas emociones y afectos segun Baruch Spinoza

La alegría es la transición del hombre de una menor a una mayor perfección.
La tristeza es la transición del hombre de una mayor a una menor perfección.
El amor es una alegría acompañada por la idea de una causa externa.
La propensión es una alegría acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente, causa de alegría.
La aversión es una tristeza acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente, causa de tristeza.
La esperanza es una alegría inconstante nacida de la idea de una cosa futura o pretérita de cuyo suceso dudamos hasta cierto punto.
El miedo es una tristeza inconstante, nacida de la idea de una cosa futura o pretérita, de cuyo suceso dudamos hasta cierto punto.
La seguridad es una alegría nacida de la idea de una cosa futura o pretérita acerca de la cual ha desaparecido toda causa de duda.
La desesperación es una tristeza nacida de la idea de una cosa futura o pretérita acerca de la cual ha desparecido toda causa de duda.
El gozo es una alegría, acompañada por la idea de una cosa pretérita que sucedió sin que se la esperase.
La sobreestimación es estimar a alguien, por amor, en más de lo justo.
La nostalgia es el deseo o apetito de poseer una cosa, sustentado por el recuerdo de esta cosa y al mismo tiempo reprimido por el recuerdo de otras cosas que excluyen la existencia de la cosa apetecida.
La pusilanimidad, se dice, es propia de aquel cuyo deseo es reprimido por el temor de un peligro que sus iguales osan arrostrar.

Inocentes


"Había un teléfono supletorio en su mesita de noche. Venga ya, se exhortó él. Descuelga, marca y tu equilibrio será restablecido. Estas letanías de pusilánime no son propias ni dignas de ti. Piensa en su dolor; llámala ya.
Era de noche. Él no sabía la hora. En la habitación no había reloj y el suyo de pulsera había desaparecido durante los últimos acontecimientos. ¿Debía, no debía? Marcó las nueve cifras. A la cuarta llamada, le contestó una voz de hombre. «¿Qué puñeta?» Soñolienta, inidentificable, familiar. «Perdón —dijo Saladin Chamcha—. Disculpe, me equivoqué de número.»
Saladin Chamcha, solo, en un dormitorio desconocido, con un pijama extraño a rayas rojas y blancas, lloraba boca abajo en una cama estrecha. «Malditos sean todos los indios», gritaba ahogando la voz con la ropa de la cama golpeando con los puños unas fundas de almohada de puntillas compradas en Harrods de Buenos Aires, con tanto furor que la tela de cincuenta años quedó hecha trizas. «Qué puñeta. Pero qué ordinariez, qué puta, puta falta de delicadeza. Qué puñeta. Ese cochino, esos cochinos, qué falta de cochino gusto.»
...

Al día siguiente, el médico seguía sin aparecer, y también Pamela, y Chamcha, desconcertado, se dormía y despertaba como si ambos estados ya no tuvieran que ser considerados contrarios, sino complementarios para crear un perenne delirio de los sentidos. Soñó con la reina, que la abrazaba tiernamente en el acto del amor. Ella era el cuerpo de la Gran Bretaña, el avatar del Estado, y él la había elegido, había copulado con ella; era su Amada, la luna de sus delicias.
...
Aspiramos a lo sublime pero nuestra naturaleza nos traiciona, pensó Chamcha; payasos en busca de coronas. Le invadió la amargura. Antaño yo era más alegre, más feliz, amable. Ahora por mis venas corre el agua negra."


Salman Rushdie, Los Versos Satánicos.

domingo, 25 de diciembre de 2011

More from the damned holy night

"En Madrid, y agonizando el presente mes, me siento al fin enfrente de un papel, para escribirte justo hasta la piel, aunque no entiendas lo que te dire. Probablemente no te acordaras, ni de mi nombre ni el de aquel cafe, donde borracho con mi soledad, casi en la puerta de morir te hable. Tu me miraste y me dejaste hablar, no preguntaste y yo no pregunte. Despues salimos juntos desde el bar para andar toda la noche al reves. Probablemente no sabras jamas que nunca fuiste foto de carnet. Que tu mayor palabra fue callar y fue la mia, amarte mujer: porque yo te ame aquel anochecer, tu fuiste el cuenco donde to deje mi soledad de atras de antes de ayer, mis viejas penas y mi primer deber. Tuvo tu casa vocacion de hogar y tu mayor victoria fue saber que siempre fuiste algo que olvidar, en cualquier hombre en cada cafe. Tu fuiste el puerto donde yo parti, el cuenco donde decante, el cuerpo de todos los besos que pude fingir, todos los sueños que nunca encontre. No fuiste una, fuiste la mujer que bautizo mi nuevo amanecer.
Me diste agua, me hiciste cafe.
No me acuerdo ya ni si te pague.
Eres la caja fuerte del dolor.
Naciste por, desde y para el amor. eres la amante fiel, la mas veraz. Samaritana de la libertad. Perdoname la versificacion. De tu recuerdo he hecho una cancion. Mi mala letra y hasta este borron. Perodona el tono y el vocablo AMOR...."

Patxi Andion, Samaritana.

(mierda mierda mierda... y cada vez, lo mismo lo mismo lo mismo)

Damn Christmas