jueves, 21 de febrero de 2008
reflexiones en torno a la peluqueria
Primero llegar y sentarse a esperar que nos toque. Luego la chica nos llama y nos pone en la sillita con la cabeza para atras, apoyada en un duro lavabo, nos echa la toallita en los hombros y nos empieza a poner shampoo y a echarnos agua caliente... aaaaah que placer !! Pero claro, que se hace en estos casos?? pone uno los ojos en blanco y se suelta mientras las manos de la peluquera, suaves por el shampoo, el agua tibia y acondicionador nos frotan el cuero cabelludo? o pone uno cara de circunstancias y se pone a charlar como lora de esto y de aquello??? Vaya, luego continua la tortura porque toca cepillar el cabello, luego ir tocando la nuca para aca y para alla, la barbilla, rozar la frente y las orejas... uffff... es terrible. Y claro, no puede uno derretirse como M&M en las manos de la peluquera, sino fingirse interesado en lo que señora mayor con rulos cuenta sobre los cincuenta euros que no se gano, o pasear alternativamente los ojos en las fotos de modelos estupend@s o de plano apretar los dientes y esperarse a que el corte se acabe, nos pasen el cepillo, nos sacudan los pelillos y nos cobren... ah y pasa lo mismo que en el dentista ! no ponemos nunca los ojos en la persona que nos mira mas cerca de lo que cualquiera de nuestros mejores amig@s haria nunca... por esto eran mejor los barberos de antes, que cortaban el pelo con cazo para la forma y navaja para el pezcuezo, revistas de historietas y locion barata para las cortadas
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