miércoles, 8 de septiembre de 2010

Presentimiento de la decadencia

Que parida ver como se hace uno viejo -no literalmente aunque si, notoriamente- y dejan de interesar cosas que tampoco se querian antes, pero que antes angustiaban como si valieran y hoy se descartan como cosas vanas o inutiles. Hoy, como si se lo hubiera soplado al oido el Señor, uno con autoridad vino y me dijo lo mismo que me habia planteado hace dos decadas, no quiero clubes ni partidos, no soy de blancos, negros o rojos; no adhiero a ideologias mas que la que y me he forjado buceando los archivos de la humanidad. Sopresa: asi que desde entonces -desde siempre- se cocio la decision de estar solo. Pero en el contexto de esta tarde, cuando discutimos que la juventud normal siente necesidad del grupo, arranque otro pedacito de mi piel, y me dispuse a mirar los tallos de los girasoles por lo que son y no por lo que quisiera que fueran.

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